Nací en una remota y acogedora región del sur, la vida desde el principio me preparó para poder afrontar la ausencia de compañía. Me convirtió en una persona solitaria, pero empática. Durante años vague los confines del universo, vi lo cruel que puede ser la existencia y todo aquello relacionado con la creación a partir de la mano del hombre. Vi en mi angustia la decandencia del ser humano, un ser que prefiere progresar en base al sufrimiento ajeno en vez de con el progreso. Entiendo que el desarrollo y la evolución de nuestra especie se debe a ese sacrificio, pero no estoy a favor de que ese sacrificio lo tengan que pagar aquellos que son directos partícipes de esa evolución. Considero que el ser humano ha de ser reunificado, eliminar las fronteras entre nosotros y encaminarnos a un futuro donde nuestros dominios sean el ejemplo al que nuevos pueblos se unan... y entre todos alcanzar la sabiduría total por la que desvelaremos los mayores secretos de los confines del universo.